INTRODUCCIÓN
En el norte de Colombia, en la Sierra Nevada de Santa Marta vive una gente nativa, quienes hasta ahora han resistido la conquista que se inició al principio de los años 1500. La región de la costa por debajo de las montañas cubiertas de nieves perpetuas han sido habitadas alrededor de 6000 años y hay evidencia que muestra que los Tayrona (gente del jaguar) y sus descendientes han ocupado la Sierra Nevada y la costa del Caribe que la rodean por más de 2000 años. Pueblos costeros densamente poblados como Neguange, Gairaca y Buritaca suministraban las comunidades de las montañas con pescado y sal del mar, cambiándolos por maíz, frijol, calabaza y otros alimentos cultivados en las temperaturas más frías de las zonas altas. Para el año 1000 DC una extensa red de caminos de piedra, algunos de hasta 5 metros de ancho, unía las numerosas ciudades florecientes en toda la Sierra, ciudades como Teyuna (Cuidad Perdida) que albergaba por algunas estimaciones, hasta 8000 personas. Se cree que este sitio estaba ocupado aproximadamente desde el año 800 DC. Esto seria unos 650 años antes que Machu Picchu. Los Tayrona eran ingenieros expertos. Construyeron terrazas de rocas, caminos, escaleras y puentes de piedras, todos con excelente drenaje incorporado para soportar los intensos aguaceros de la selva tropical. Joyas ornamentales, collares y narigeras en filigrana de oro y esculturas hechas en cera perdida muestra su sentido de la belleza y su manejo de la orfebreia. La cerámica utilizada tanto funcional como ceremonialmente también fue de una calidad excelente. Para los Kogui, al igual que sus antepasados los Tayronas, todo es espiritual y lo sagrado impregna el mundo material. Cada acto que hacen, lo hacen con reverencia y propósito. Ellos basan su vida en la creencia en "Aluna," la Gran Madre Universal, que es la fuerza creadora del universo. Los Kogui entienden que la Tierra es un ser vivo y nosotros somos sus hijos. Desde la llegada de los europeos, los Kogui han visto la destrucción que viene junto con la mentalidad occidental de saqueo y profanación de la naturaleza y están preocupados por la sostenibilidad de nuestro hogar, la Madre Tierra. Con el consentimiento de mamas locales, Fundación Escuela Sintana y Tierra Negra fue establecida para abogar por la preservación y defensa de la Sierra Nevada de Santa Marta y los que habitan en el territorio de la antigua cultura Tayrona, por un grupo de personas interesadas que han estado viviendo entre los Kogui por más de 50 años. Los Mamas, o líderes espirituales, habían tenido una revelación de que eran de la tribu perdida de los Uaί que había desaparecido hace tiempo y ahora volvían a cumplir la profecía Kogui de los "hombres talanquera" o, guardianes. Los Uaί tienen la tarea de ser el umbral entre dos civilizaciones, una de consumo y depredación y la otra de la sostenibilidad y la armonía, al mismo tiempo formando un puente de comunicación entre los dos mundos. Gracias a las donaciones del Sunrise Rotary Club de San Agustín, Florida, Fundación Escuela Sintana y Tierra Negra ha obtenido tierras en las orillas del río Buritaca, más abajo de Cuidad Perdida. En la cuenca de este importante río, que fluye desde el corazón mismo de la Sierra Nevada hasta el azul del Caribe, Fundación Escuela Sintana y Tierra Negra está creando un espacio para preservar la memoria de tradiciones y creencias, y para trabajar con la Madre Tierra en niveles tanto espirituales como físicos. |